La música no es solo el arte más expresivo, más completo y más versátil; es para muchos la ficción que supera la realidad, una adicción incontrolable, un sueño frustrado, la puerta para salir volando al espacio, una herramienta para analizar la historia de la humanidad y su interculturalidad, la forma más sutil y sencilla de unir a las personas.

Para mí, músico y melómano empedernido, es todo eso y más, no imagino mi propia vida sin ese pedacito de felicidad llamado música y espero que tú, que lees estas primeras líneas, sientas lo mismo.

Exploraremos las cinco líneas paralelas de infinitos pentagramas convertidos en partituras por notas musicales caprichosas, acompañadas de silencios y amalgamas en melodía, armonía y ritmo constante.

No voy a mentirles, esta aventura nos llevará a lugares llenos de tradición, de historia, de ingenio y sacrificio; vamos a aventurarnos a conocer géneros y estilos musicales perdidos en tierras lejanas ejecutados con instrumentos increíbles; vamos a escuchar las historias que quieren contarnos las melodías tristes de voces quebradas por el tiempo, el olvido y el dolor; vamos a disfrutar con alegres síncopes en percusión y a relajarnos con sonidos del mundo.

Y tan grato será este viaje, y más grande nuestro bagaje musical, que dejaremos de ser simples mortales, la música nos llenará, nos cambiará, seremos más sensibles, más honestos; la música embellece todo, y sin ella sería como vivir en un planeta sin abejas.

No dejaremos ninguna nota sin tocar, ni canción sin corear y a una sola voz callaremos al finalizar.

Nos toparemos en cualquier parte del mundo con míticas bandas de los ochenta, con trovadores desconocidos y virtuosos instrumentistas, porque la música está en todas partes, y a todas partes queremos llegar con buena música.

¡Vamos! Únete al viaje, todos están invitados.

Portada: Mohamed Nanabhay