Iceberg es una banda, inicialmente de hard rock, que está entrando en una nueva faceta donde incursionan en la fusión, mezclando ritmos de rock, huayno y vals. Su música es poesía hecha canción, una música que logra tocar las fibras más sensibles de nuestra humanidad y que narran experiencias de vida, letras de fácil identificación personal.
Conocí a Iceberg porque el guitarrista de la agrupación, Hamilton, —quien lamentablemente no pudo estar en la entrevista—, es amigo mío y, de hecho, con él tuve la oportunidad de tocar en una banda de rock instrumental hace varios años. La entrevista la hice a Gonzalo, que es líder y fundador de la banda, y a Ytalo, bajista de la misma. Hoy les cuento su historia y les comparto su música.
Gonzalo, ¿cómo se gesta Iceberg?
Gonzalo: Bueno, en un inicio Iceberg era Antídoto, una banda que yo había formado muchos años atrás. La banda quedó disuelta y trato de reflotarla con nuevos músicos, pero resulta que el único Antídoto era yo y, los nuevos músicos que lo integran en esta nueva faceta son los que me dicen que le cambie el nombre. Y es ahí donde me puse a pensar en un nombre apropiado, ahí nace la idea de ponerle el nombre Iceberg. Ahora, muchos se preguntarán ¿por qué Iceberg? Porque en un Iceberg solamente vemos la punta, pero debajo del mar hay una masa mucho más grande de hielo. Por eso es que en una de nuestras canciones dice “algo más grande de lo que ven tus ojos está por llegar”. A lo que voy, Iceberg no solamente fue creado para hacer música, sino también para utilizar la música para inculcar valores y hacer labor social.
Ytalo, ¿cómo es que tú llegas a Iceberg?
Ytalo: Hace ya aproximadamente dos años, yo fui invitado por un ex integrante del grupo que se llama Jorge y, bueno, yo entré porque me dijeron que íbamos a hacer metal. Yo no tengo ningún problema con tocar un género en específico, entonces empezamos a tocar; teníamos cuatro temas propios, los comenzamos a sacar y desde ahí en adelante he seguido hasta este momento. Ahora que la banda se está reestructurando, —está que entra a otra faceta—, ahora pensamos hacer ya no música rock cien por ciento y no metal cien por ciento, sino ya estamos entrando a una etapa de hacer fusión, entonces, la fusión la queremos hacer con música peruana, introduciendo primero instrumentos autóctonos de nuestro Perú y después dándoles a las canciones una identidad rítmica característica de ciertos géneros musicales peruanos.
Tú vienes de la música salsera. ¿El cambio ha sido difícil?
Ytalo: No, bueno, en mi caso yo he recorrido bastantes géneros. Desde la secundaria, donde empezó totalmente mi vida musical que, empezó en el boom del hip hop. Todo era hip-hop en mi colegio, todo era rimas, la improvisación, los beats…
¿Tú rapeabas?
Ytalo: Nunca pude rapear fluidamente, pero tal vez es algo que quiero hacer más adelante. Yo estudiaba en el Callao y, pasé a estudiar a Comas; y en Comas todo es cumbia, todo es chicha y todos en el colegio hacían beat de chicha, beat de cumbia, ¿no? Todos cantaban música de Chacalón, Grupo Celeste… Y así fue como me he ido adoptando esos ritmos. Después, en Callao siempre escuchan salsa, los clásicos, y obviamente que el rock estaba en mi entorno social, ha sido parte de mí. Después, empecé a estudiar música, lo que es música académica muy básica, muy clásica… Después, subiendo poquito a poquito el nivel, así he logrado mi conocimiento musical.
Gonzalo, ¿todas las letras las compones tú?
Gonzalo: Sí, las letras las compongo yo.
¿Cuál es tu proceso?
Gonzalo: Las letras están enfocadas en facetas de mi vida, ¿no? en cosas que me quiero proyectar, sentimientos que me nacen, en anhelos, vivencias. Por ejemplo, una de las canciones se llama Dama de la noche, es una letra bien interesante. Mucha gente que no la ha escuchado, piensa que es una letra satánica, pero no. Dama de la noche habla de una mujer que entra en el sueño de una hombre; ella es el ser amado que ya no está, quien la sueña se despierta y ya no logra conciliar el sueño, se queda meditabundo, le llega el desvelo total. La canción inicia así: “¿Sabes lo que pasa cuando alguien a quien le entregaste tus días y tus amaneceres te deja y se va? Crea un aura, un estigma, y cuando cae la noche te envuelve la niebla, tu mente empieza a temblar, porque ella entra y devora tus sueños, y cuando despiertas desayunas copas de nostalgia, de tristeza, de dolor, dama de la noche”. Dama de la noche resulta quien fue mi esposa (Risas).
Además, que es una letra poética.
Gonzalo: Es una letra poética. Ahora que muchas de las canciones que escribo tienen un carácter espiritual. Yo soy una persona muy espiritual. No soy religioso, no creo en las religiones, pero sí creo en una divinidad, creo en la biblia. Pero no creo en la religiosidad porque genera divisiones entre los hombres. Entonces, sí tengo letras que abordan estos temas, como Nacido para la libertad, que es el tema principal del disco que tenemos grabado.
¿Cómo se llama el disco?
Gonzalo: Nacido para la libertad. Invoca, habla. El coro de esta canción es “Nacido para la libertad, nacido para tu nombre exaltar”, habla de un dios, y a que uno, a pesar de los años que tenga, si uno quiere desarrollar un sueño, un anhelo, y es para bien, no debe perder la fe. Tiene que buscar esa divinidad y ésta va a hacer que ese anhelo se materialice, se concrete.
¿Dónde han tocado? Cuéntennos su experiencia.
Gonzalo: Sí, hemos tocado en bares, el más conocido sería el que está en la Plaza San Martín, el De Groth. Para nosotros la tocada que se puede decir que le dio un buen giro a la banda, fue en la Escuela Naval.
En esa ocasión teloneamos a la banda Maruja, son peruanos pero ellos radican en el extranjero. Ellos hacen una fusión, fusionan la chicha, con la cumbia, con el rock, con el ska.
Comentabas de una reestructuración en la banda, ¿estos cambios vienen en un momento propicio? ¿Qué significa para ustedes?
Gonzalo: Bueno, yo nunca me he considerado metalero ni rocanrolero a pesar de que me gusta el heavy metal, me gusta el rock and roll, me gusta el blues; como también me gusta la trova o la música andina. Pero por mi carácter y mi tendencia histriónica en el escenario, lógicamente, tengo más tendencia para hacer heavy —el vestuario que uso, los gestos. Pero siempre he querido darle a la música más versatilidad. Sin salir, lógicamente, del contexto que es el rock, y esta idea de hacer fusión surge cuando empecé a escuchar a Mago de Oz, empecé a escuchar a Ars Armandi, después a Lándervir, los Celtas Cortos… Entonces, ahí es donde se me prende el chip, ese chispazo, y digo si se pudiera hacer ese tipo de música, pero con instrumentos andinos. Después de escuchar discos de música criolla, de marineras dije si esto se podría transformar al rock —porque la música criolla tiene mucho arpegio—, si le ponemos distorsión es un heavy, porque es arpegiado. Igual que al heavy metal, si le quitamos la distorsión es música barroca. Entonces, ahí nace el hacer toda una transformación. Tanto es el cambio que, yo tengo unas composiciones de hace 20 años atrás que son trovas: guitarra y voz nada más, y esa es la faceta en la que va a entrar Iceberg, vamos a trabajar ese material, y vamos a hacer un rock acústico con toques andinos. Y después quiero incursionar en lo que es lo celta, pero primero absorber nuestras raíces, fusionar también con algo de la música afro.
Ytalo: Yo he escuchado sus trovas y son muy buenas. Entonces, la idea es roquearlas un poco y mezclarlas quizás con saya o huayno. Bueno, aunque la saya es boliviana, podemos hacer algo muy bacán viendo que la calidad de la música es muy buena.
¿Estás trabajando algún tema en marinera?
Gonzalo: Todavía no. Pero la idea de hacer marinera fusionada con rock nace porque hace varios años en un cumpleaños en casa de mi padre escuché al Dúo Patria. El músico tiene que ser innovador. Bandas de rock encontramos muchas, pero no podemos quedarnos anclados en el tiempo, tenemos que ir innovando. Es ahí cuando nace el músico. El músico tiene que ser visionario. El músico tiene que escudriñar diferentes estilos, no se puede quedar parametrado en una sola cosa.
Ustedes, ¿Cómo ven la escena roquera en el Perú?
Ytalo: La música es bien diversa —estamos hablando de lo que es grupos con música propia—. Yo veo que, a veces, la música no es tan compleja técnicamente o no hay tanto virtuosismo en las canciones, son bien sencillas, bien light lo que se dice, pero, sin embargo, tienen una musicalidad muy buena; entonces, eso es lo que al parecer a la gente le está gustando y va y escucha esas canciones. Después, tal vez no te podría decir algo concreto porque a veces pienso que cierta banda, desde mi punto de vista, no es tan buena, sin embargo tiene un montón de seguidores. Es por alguna razón, ¿no? Yo diría que la escena roquera, ahorita, viendo por el número de bandas que hay, como que está creciendo demasiado rápido, más que todo porque hay escuelas de música.
Gonzalo: Están aflorando muchas bandas. Es difícil el mercado en Perú, porque en Perú predomina la cumbia, la chicha. Bandas de rock hay muchas, muy buenas; pero muchas de ellas tocan en el mismo estilo.
El sonido es parecido.
Gonzalo: Es sonido es parecido. O sea, si uno quiere saltar a la palestra, tenemos que hacer lo que otras bandas no hacen, ¿no? Entonces, es ahí donde nace el deseo de hacer fusión, sin dejar, lógicamente, el rock. El rock no lo puedo dejar (Risas). No me imagino cantando salsa, aunque si escucho salsa; pero no tengo el registro.
¿Cuál es el mayor reto que tiene un roquero aquí en Perú?
Gonzalo: Entrar al mercado, entrar al público. Lastimosamente, el público general se ha acostumbrado a escuchar bandas que toquen covers. En muchos locales, en muchos lugares, promueven solamente a las bandas que tocan covers; entonces, cuando vas con un tema propio —el tema puede ser muy bueno— la gente no le toma atención.
¿A qué se debe eso?
Ytalo: Yo pienso que la gente no está acostumbrada o educada a apreciar lo que es la música y ese es un gran problema que viene del sistema educativo, yo diría.
Gonzalo: Es la moda. Si te das cuenta, mucha gente escucha una canción porque salió de moda, pero no porque le guste. O sea, no la escucharon porque la canción les guste, sino porque es la canción que está de moda. Pero el que en realidad sí conoce de música, va a escuchar lo que de verdad le agrada, no lo que está de moda.
¿Qué hace falta para que la gente tenga mayor apertura?
Gonzalo: Que se hagan eventos más fluidos, porque yo, en el tiempo que estoy en la música, he podido experimentar algo: que muchas veces no es el género de música. Depende donde lo toques. Si es en una discoteca, la gente no te va a tomar atención, la gente está en otra; pero si vas a un festival donde la gente va específicamente a apreciar una banda —y es algo que te lo digo por experiencia—: no es el género de música que tú hagas, sino cómo tú lo transmitas al público, cómo lo puedas presentar. Te digo, modestia aparte, que en la Concha Acústica de Chucuito, tocamos temas propios, ese tipo de música no encaja; Callao es salsa. Y te digo, no exagero, que había gente de 60 o 70 años que se paró de las tribunas, levantando los brazos como unos mocosos (Risas). Yo acostumbro a cantar con un inalámbrico y a bajarme al escenario y me pongo a cantar en medio del público. La gente me cogía del brazo y yo me ponía a cantar, el grupo tuvo acogida. Terminamos de cantar y la gente se nos acercaba a conversar. Lo mismo pasó en la Escuela Naval, y los cadetes en un momento que se pararon y comenzaron a aplaudir como si fuera un concierto, pues. Y había gente, también, civil, ciudadanos de a pie, vecinos de La Punta; había señoras de 60 y 70 años, que les gustó el show. Como te digo, no es tanto la música, sino cómo la presentas. O sea, que influye acá, la imagen, el vestuario, qué es lo que tú hablas, cómo te expresas al público, o sea, el profesionalismo en sí. Hay que ser muy profesional en esto.
Ytalo: Ahí Gonzalo es un capo.
¿Tú que opinas?
Ytalo: Mira, en la actualidad hay varios programas televisivos que apoyan la música, como el Jammin o Wantan Rock. Creo que hay más diversidad. Aparte, también los podcasts que hacen y la difusión que se hace por medio de las redes sociales nos apoya mucho a nosotros los artistas. Entonces, ¿qué se necesitaría? Intensificar todo esto, yo creo que ahí podríamos tener un cambio en la sociedad. Ya no solamente escuchar covers, ya no solamente escuchar las radioemisoras típicas que nos ponen la música de siempre, —al parecer los que están controlando esto piensan que nunca nos van a aburrir, porque siempre escuchamos las mismas canciones en la radio—. Entonces, tal vez con una acción más agresiva de promover más los grupos nuevos que salen, la gente ya tenga otro idea o concepto de la música; va a querer escuchar música nueva, va a querer escuchar cosas diferentes.
¿Qué se viene en esta nueva etapa? ¿Cuál es la proyección para los siguientes meses de este año?
Ytalo: Yo creo que es concretar la banda otra vez, porque estamos en época de reestructuración, y, yo pienso, deberíamos entrar en una época de difusión.
Gonzalo: Estamos en una transición, queremos ya dejar de lado el cover y entrar con nuestra música —el sueño de todo músico— y lo vamos a hacer. Lo que queremos es escudriñar la música, hacer experimentos, una diversidad, pero sin salir de lo que es el rock, ahí es donde va la originalidad que va a tener el grupo.
Ytalo: Eso es algo que yo apoyo bastante, lo que es la creación, cosas nuevas, porque siendo sincero siempre se escucha lo mismo.
Gonzalo, háblame un poco más sobre las demás canciones…
Gonzalo: Dentro de las que ya tenemos grabadas, falta comentar de otro tema que se llama ¿Acaso ellos no son más? Ese tema está dedicado a los niños de la calle, a los niños que sufren diferentes enfermedades y la mezquindad del hombre les da la espalda. Me incluyo yo. Muchas veces pensamos en nuestro ego, en llenar nuestra banalidad y no invertimos en esos niños. La canción habla de esa indiferencia que hay hacia el sufrimiento en la niñez. Luego, tenemos Noche en la gran ciudad, es una canción de una letra muy sugestiva, que incita a la onda rocanrolera, a las casacas de cuero, las cadenas. Al comienzo dice “Durante mucho tiempo el rock and roll era como un veneno para la sociedad, como una víbora que clavaba sus dientes sobre las carnes, pero esta vez cuatro almas se juntaron para hacer de este veneno un suero, una cura, el antídoto, la cura para el rock and roll”.
Y del material que recién están preparando, que es inédito, ¿qué me puedes comentar?
Gonzalo: Las letras son más poéticas, son poesía pura, letras más personales, son vivencias, cosas más mías ya. Por ejemplo, una que es Un nombre grabado en la proa del velero de mi verso, esa letra está dedicada a mi madre, que ya no está acá; hay una parte que dice “Tanto tiempo en el puerto de la vida, buscando comprar laureles y glorias”.
Después está Memoria de un poeta – Parte I y Memoria de un poeta – Parte II. La primera tiene un toque tipo vals.
¿Vals?
Gonzalo: Yo a los 18 años empiezo a escribir, empiezo a hacer mis primeras poesías, y muchas tenían un carácter social. Y siempre tuve ese sueño de usar la música para poder ayudar a otros, como un conducto.
Por eso, inclusive, también me hice de los equipos de sonido. Esa fue mi anhelo: tener mis equipos no solamente para rentarlos, sino también para poder crear una fundación y hacer eventos a beneficio. La letra habla de eso, que a los 18 años yo me empiezo a desprenderme de mí mismo: “Me encarcelaron con tinta y papel… y así, a punta de golpes, tejiendo versos en la herida me hice poeta en esta vida” y, “fueron a mis trece años cuando un espíritu ingresó a mi corazón a despojarme de mi vida de colores para pintar la vida en blanco y negro de otros”, digo en una parte de la canción.
La gente te tilda de loco, te dice que “estás de más”. Tienes el rechazo, inclusive de la misma familia, de los amigos, por tener esa ilusión, ese sueño de poder crecer en la música. Y quiero hacer un paréntesis: nadie tiene la vida comprada, me gustaría que mis músicos se la pudieran aprender y el día que me entierren que me recuerden con esa canción, y que la puedan tocar. Hay otra parte de esa canción que dice: “cuando marchiten mis días no te vistas ni de gris ni de luto, para que florezcan mis versos y revoloteen mis poemas sobre las hojas muertas”.
Ytalo. ¡Qué paja! (Risas).
Lo poco que voy escuchando me encanta. ¿Tú crees que para ser músico hay que tener corazón de poeta?
Gonzalo: Sí, es necesario. Cuando no se tiene eso, yo creo que la música resultante no llena, no llega a tocar el alma…
Incluso eso pasa en el rock peruano…
Gonzalo: Yo creo que la música debería ser poesía. La poesía se expresa en la pintura, en la música, etc. Pero la letra es importante, tiene que ser una letra poética porque si la música no es poesía, es una música inerte.
Interesante reflexión, sigamos…
Gonzalo: Después hay otra. Blanca oscuridad es un canción erótica. Es una experiencia, pero está narrado de una forma muy delicada, sin caer en la grosería. Inspirada en una experiencia que tuve con una mulata muy guapa, con quién trabajé en una empresa.
Parte de la letra dice: “suplico perdón por dormir en tu sagrado santuario, las puertas de tu templo se me acaban de abrir”, después hay otra parte que dice “los ojos llenos de malicia se suelen cegar, oh, mi blanca oscuridad”, o sea, la gente que la miraba con lujuria; hay otra parte que dice “veo parir de ti la mujer pura, ardiente, salvaje, que parió de ti y nace para mí, oh, mi blanca oscuridad”.
Interesante…
Gonzalo: Y hay otros temas que estoy tratando de acordarme. Hay uno que se llama Agasajo y testamento, ese tema tiene un toque muy andino. La guitarra usa mucho arpegio. Habla de cuando yo ya no esté, que me recuerden por el legado que estoy dejando y “no como otros que dejan simples huellas que son marcas en el camino”, dice la letra.
Esas son el tipo de letras que hacen falta en una sociedad machista, violenta, que ha normalizado tanta destrucción, tanta contaminación. Me parece interesante la propuesta. Me gusta lo que están haciendo. Para concretar esta nueva faceta y terminar la entrevista ¿Qué músicos necesitas?
Gonzalo: Bueno, necesitamos, con carácter de urgencia un baterista, una persona que toque zampoña, que pueda tocar zampoña y pueda tocar la quena a la vez, ¿no?, y una persona que toque el charango. Momentáneamente Ytalo está tocando el charango, pero él es bajista de la banda. Entonces, esos son los músicos que necesito… Contamos con un espacio propio para ensayos. Tenemos los equipos, la infraestructura, la logística, para poder tocar en campo abierto. Yo creo que esa es la mejor vitrina porque tocar en bar no es lo mismo que tocar al aire libre. Por ese lado, es el ofrecimiento que da Iceberg, a los que se integren a nosotros: que van a entrar a una banda que ya ha grabado un material.. Ahora, no piensen que van a entrar a una banda que les va a ofrecer dinero. Estamos buscando músico banda, no músico chivero, el que dice “oye, ya pues, ¿cómo es mi bolo?”, no. Este es un proyecto en el cual todos tenemos que poner el hombro. Estamos seguros que vamos a salir adelante. Gente que comparta el sueño.