En la historia del rock hay muchas biografías accidentadas, unos que tuvieron trágicos finales, y otros, que se hicieron estrellas de la noche a la mañana por un golpe de suerte y sin nada nuevo que ofrecer.

Pero existe también un reducido grupo de artistas, que por cosas del destino tuvieron que ser íntegros y congruentes con su talento, este es el caso de Axl Rose, un artista que vale la pena considerar por lo que representa: una de las últimas estrellas del rock; no solo por que tuvo que superar los típicos límites preestablecidos de la industria capitalista norteamericana, si no que aprendió a desarrollar un sentido de resiliencia único, a pesar de su accidentado entorno familiar, en una sociedad injusta, caótica y desorientada.

INFANCIA COMPLICADA

Axl Rose, cuyo verdadero nombre es William Bruce Bayle, siempre presintió algo irregular en su familia, y después de sospechar durante toda su infancia, llegó a entender que los abusos de su padre y el abandono de su madre estaban directamente relacionados con el descubrimiento de su real padre biológico.

Obligado a llevar una vida religiosa católica, llega a participar y cantar desde muy niño en los coros evangelicos de su iglesia, más concretamente en su escuela, donde resalta por su peculiar voz y su destreza con el piano.

Los conflictos emocionales que nacen a raíz de conocer la existencia de su padr biológico lo llevan a buscar el sueño de cantar en una banda de rock, la música ocupó todo en su mundo, pero también el alcohol y las drogas, enredándose en distintos escándalos y problemas con la policía, poniendo en riesgo sus propias ambiciones musicales.

Axl Rose, (Foto de Kevin Mazur/WireImage)

EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Una adolescencia macarra y marcada por la violencia familiar lo llevan a dejar su Indiana natal, Layefette, más concretamente; y se traslada a Los Ángeles, escenario de las bandas rockeras de la élite californiana, a mediados de los ochentas.

Al llegar a L.A. se encuentra rápidamente con sus amigos de adolescencia, entre ellos Izzy Stradlin, quien lo invita a participar en algunas bandas. Posteriormente consolida la banda que todos conocemos, la que le da la fama y éxito masivo; pero esta no es realmente la parte biográfica en relación a la música que deseo abordar.

Me inclino periodísticamente a investigar la parte personal, me es más interesante descubrir al ser humano que tuvo una vida complicada, logrando desarrollar su capacidad musical, como un muchacho en la jungla, sobreviviendo entre bestias salvajes y aferrándose a sus armas como buen guerrero, con anécdotas juveniles más parecidas a mitos urbanos, en las que se le describe como un joven vendedor de drogas —claro, esto ya en la etapa de Guns N Roses, siendo consumidor habitual con sus compañeros—, y proxeneta, manejador de prostitutas y, amigas de la banda, y hasta encontrar en su currículum que era consumidor de tabaco, alquilando sus pulmones a favor de la ciencia para campañas médicas en prevención y abuso de la nicotina, como si se tratase de un donante de sangre con lógica retribución monetaria; lo cual me parece impresionante ya que es justamente aquella conducta la que favorece y  consolida su desarrollo como compositor.

Se consolidó posteriormente la típica historia del todo o nada, del ganar o perderlo todo, pero creo que sus pérdidas lo favorecieron en ganancia, puesto que todo ese trance negativo polarizó  a favor de su creatividad, al enfrentar sus temores y conocer el sentido de su vida.

BASTARDO SIN NOMBRE

Con un contrato musical en la mano, el fenómeno de los Guns N Roses pronto se desencadenaría; pero antes, William Bayle, tras haber investigado su pasado, decide adoptar una nueva identidad que marca para siempre su destino, y cambia el apellido de su padrastro por el de su padre biológico, es así es como nace W. Axl Rose antes de publicar su primer disco APPETITE FOR DESTRUCTION, gestionado por la GEFFEN RECORDS.

Axl Rose, que define su biografía como una reverenda mierda y que considera maravilloso haber transformado todos sus conflictos personales en canciones maravillosas, fue un muchacho que corrió por su vida, llevando a cuestas el prestigio y desprestigio de ser un sobreviviente, ahora convertido en toda una leyenda imborrable del rock, junto a una banda que oscilaba entre lo hostil y lo atractivo —un atractivo que se traducía en una personalidad volátil y seductora—; legado que pocos o ningunos podrán superar.